lunes, 10 de enero de 2011

No tan certera

Últimamente estoy frágil, pero peliadora. Estoy engordando, pero solo la pansa, es penoso. Papá coopera más en mi alcancía que yo. Y vuelvo, vuelvo a la confesión pública, menos cursi y más adulta, intentando ser más adulta, y es posible que siempre me ponga a hablar de cosas e increíblemente parezca una problemática vieja cuarentona que pretende descargarse frente a un monitor con la certeza de que alguien llegue a entenderme. 
Para esto quería un blog, para días como hoy -con ganas de sofocarme en letras y escribir lo que voy maquinando en este nudo existencial que es mi cabeza en pleno crecimiento- quiero aclarar que la computadora me está consumiendo y prácticamente voy a ahogarlos con mis muchas confesiones.
La memoria me falla, me gusta recrear todos mis pasos cuando no encuentro las cosas, aunque es normal en mí, casi tan normal como ser impuntual.  ¿Soy yo?, ¿o estoy cambiando?, en realidad mi primer y única ruptura me sacó de órbita y déjenme creer que mi corazón está bien. Mamá ya no se preocupa por mí, usa ese tipo de "psicología inversa" y tengo un perro con problemas de flatulencias (OK, no hacía falta contar eso, pero mi territorio está contaminado). Evidentemente ya encontraron paréntesis, hago aclaraciones todo el tiempo (TODO EL TIEMPO) ¿queda claro?.Hoy también me dí cuenta que cuando me pongo nerviosa: Hablo demasiado, sudo en excesorio muy fuerte y no puedo disimularlo. No se que sigue después de un sextillon, ni siquiera se si existe. Me encantan las películas, aunque las de acción las vomitaría, ¡son odiosas!. Canto en la ducha cuando estoy feliz, dicen que tengo mucho autoestima. Empecé a estudiar (si, es loco en plenas vacaciones), pero intento recuperar de una forma u otra lo que no hice en todo el año. Estoy por las nubes, pero tengo los pies en la tierra y vivo hablando con mis amigas en mi plena edad de cuasi-adultez de cuán excitante será nuestro último año de secundaria.
Tengo una especie de pánico extraño con la soledad en casa, siempre creo que habrá una especie de aparición espectro, arcángel, alma que dirá que deshabite su casa, (lo raro es que lo sigo creyendo después de 8 años acá) y en el techo, una especie de hombre araña poseído, que querrá comerme las tripas, e irse con ellas como si fuera una tira de longaniza como para un animal vagabundo. Creo que mi imaginación se extiende a lo largo y ancho del planeta.
acá desaparezco por que odio las despedidas, casi tanto como a la mayonesa.



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